Higiene del sueño
Se conoce como higiene del sueño una serie de consejos prácticos para el establecimiento de unas pautas que ayudan a conciliar y mantener el sueño, así como reconocer los hábitos que lo dificultan y por lo tanto se deben evitar.
- Crear un ambiente propicio que cada persona debe determinar según sus gustos o costumbres: elección del colchón (duro o blando), almohada (con o sin), manta, cobijas, sabanas, etc.
- Temperatura ambiente adecuada. La excesiva temperatura (superior a 24°) impide el sueño, así como la baja (meno 12°)
- Ruido ambiental adecuado. Los ruidos fuertes y ocasionales impiden el mantenimiento del sueño.
- La sensación de hambre puede impedir el sueño, por lo que algún alimento ligero, especialmente líquidos calientes (leche o aromáticas) pueden ayudar a dormir.
- Realizar ejercicio físico durante el día, aunque no inmediatamente antes de dormir, favorece el sueño, sobre todo si se realiza diariamente.
- Se debe despertar siempre a la misma hora o con pequeñas variaciones, incluso durante los fines de semana.
- Utilizar la cama para dormir, no ver TV, estudiar o trabajar en ella. Acostándose cuando se empieza a tener sueño.
- Suprimir el alcohol y bebidas de cafeína, así como evitar fumar antes de acostarse.
- Horario regular para la cena, procurando que no sean muy abundantes, evitando los alimentos de difícil digestión.
- Si no se puede dormir, es mejor levantarse y realizar alguna tarea que le distraiga, como puede ser leer.
- Evitar automedicarse utilizando un tratamiento farmacológico bajo supervisión médica.